Viernes 15
Salida desde Pearl’s Harbour en un bote de Real Journeys, con el que atravesamos el hermoso lago Manapouri, frío y húmedo, salpicado de cientos de islas y rodeado de inmensos bosques de beech y helechos de todos tamaños, con las dramáticas montañas siempre de fondo. Aquí se filmaron las escenas de la ciudad de elfos en el Señor de los Anillos. Sin duda, ellos escogerían un lugar como este para vivir.
Después de unos 2 minutos en un ferry, llegamos al Power Station, una inmensa obra de ingeniería donde evitaron la inundación de un lugar tan rico como Manapouri perforando la montaña de roca para recorrer los 234 metros que toman al agua para llegar al nivel del mar. La fuerza de la caída del agua mueve las turbinas que generan la electricidad, usada en la extracción de aluminio.
Seguimos nuestro recorrido por el camino de Wilmot Pass que lleva hasta el Deep Cove, dando inicio al imponente Doubtful Sound. Después de dejar maletas, dejamos el muelle y compartimos lunch en la cubierta del Breaksea. Ahí conocimos al resto de nuestros compañeros de viaje: Rita e Ian, pareja de escoses un tanto tímidos y no poco raros, pero buenos tipos, pasaditos de los 40 y a Bill y Olivia, ingleses viviendo en Sydney, de unos 55 años.
Inmensas montañas con paredes de piedra y bosques de hayas (beech), fuscias, y helechos y musgos de todos tamaños. Hanging valleys, cascadas y nubes combinándose en contrastes dramáticos de color, luz y sombras.
Navegamos en “The Car” a una playa frente a una isla inmensa, donde pudimos caminar y perdernos enmedio del bosque húmedo y virgen. Valle rodeado por 2 ríos, uno de agua teñida por materia orgánica, el otro de agua clara y brillante, lleno de rocas y cascadas .
Enmedio, un microcosmos de helechos , hongos, troncos caídos formando cuevas forradas por mil musgostroncos caídos formando cuevas forradas por mil musgos. Todo verde, mullido y suave. Caminar descalzos, sentir la capa de humus húmeda y tibia debajo de los pies. Escalamos un árbol y nos perdimos.
Yo seguí el río hasta una pequeña cascada de unos 2 metros de altura.
Tarde en el Breaksea rumbo a Shoal Cove, al fondo de Bradshaw Sound y en la desembocadura del río Camelot. Afuera sólo se oye el ruido de las cascadas que nos rodean. Soledad absoluta a 30 kms a la redonda. Vino, cena, plática con los compañeros de viaje más sui generis posibles, gente que seguro nunca volveremos a ver, pero con los que compartimos momentos absolutamente intensos.
Dormir en el Breaksea es, definitivamente, una experiencia aparte, camarotes pseudo-privados, literas angostas pero cómodas después de días intensos. Levantarse en la noche implicó un cabezazo que despertó a los vecinos…
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