Domingo 17
Despertar ante un cielo absolutamente despejado, con sólo un par de nubes que no se quieren despegar de las montañas. El contraste del clima en este país es impresionante. O lluvia, o sol. Nunca nublado.
Un desayuno más con un pourage de gérmen de trigo con receta marinera, huevos estrellados y tocino, pan tostado y café de plunger.
Emprendimos el regreso lento y triste a Deep Cove, paseando por todo Doubtful Sound buscando delfines, los cuales deciden no salirse a despedir. Visitamos Hall Arm, con paredes de roca inmensas y un fondo de escarpadas montañas cubiertas de nieve. A cuatro kilómetros, pero 1600 metros arriba, el pico de Mount Crowfoot dándonos la despedida de Fiordland en formato megasuperImax.
Después de tocar tierra, esperamos tristes al camión y el ferry que nos llevaría de regreso a Manapouri. El grupo de turistas de la excursión express (en 4 horas con lunch incluído vieron lo que nosotros no alcanzamos a recorrer) es un recordatorio de que 3 de los días más intensos de nuestras vidas están a punto de quedar atrás. En el power station, unos Keas nos saludan y recuerdan nuestra próxima etapa del viaje.
Después de abrazos e intercambios de eMails, nos despedimos de nuestros compañeros y nos dirigimos a Te Anau, a 20 kms al norte. Rita e Ian nos dan el viaje de aventón y nos hospedamos en un backpacker hostel bastante decente.
En la tarde vemos a Lisa & Chad en el Redcliff y cenamos juntos, despidiéndonos de 2 nuevos amigos. El salmón ahumado en el momento, sobre una cama de endivias a parilladas y con arroz es la mejor comida del viaje, empujada por una botella más de vino y un par de pintas de cerveza. De ahí tomamos un barco repleto de turistas ruidosos y altavoces gritones rumbo a la cueva de Gloworms, unos gusanos fosforescentes de color azul eléctrico que viven a 100 metros de profundidad, en una cueva tallada en la roca caliza por un río de miles de años. Momentos de obscuridad absoluta enmedio de un cielo estrellado que se refleja en el agua negra.
Un desayuno más con un pourage de gérmen de trigo con receta marinera, huevos estrellados y tocino, pan tostado y café de plunger.
Emprendimos el regreso lento y triste a Deep Cove, paseando por todo Doubtful Sound buscando delfines, los cuales deciden no salirse a despedir. Visitamos Hall Arm, con paredes de roca inmensas y un fondo de escarpadas montañas cubiertas de nieve. A cuatro kilómetros, pero 1600 metros arriba, el pico de Mount Crowfoot dándonos la despedida de Fiordland en formato megasuperImax.
Después de tocar tierra, esperamos tristes al camión y el ferry que nos llevaría de regreso a Manapouri. El grupo de turistas de la excursión express (en 4 horas con lunch incluído vieron lo que nosotros no alcanzamos a recorrer) es un recordatorio de que 3 de los días más intensos de nuestras vidas están a punto de quedar atrás. En el power station, unos Keas nos saludan y recuerdan nuestra próxima etapa del viaje.
Después de abrazos e intercambios de eMails, nos despedimos de nuestros compañeros y nos dirigimos a Te Anau, a 20 kms al norte. Rita e Ian nos dan el viaje de aventón y nos hospedamos en un backpacker hostel bastante decente.
En la tarde vemos a Lisa & Chad en el Redcliff y cenamos juntos, despidiéndonos de 2 nuevos amigos. El salmón ahumado en el momento, sobre una cama de endivias a parilladas y con arroz es la mejor comida del viaje, empujada por una botella más de vino y un par de pintas de cerveza. De ahí tomamos un barco repleto de turistas ruidosos y altavoces gritones rumbo a la cueva de Gloworms, unos gusanos fosforescentes de color azul eléctrico que viven a 100 metros de profundidad, en una cueva tallada en la roca caliza por un río de miles de años. Momentos de obscuridad absoluta enmedio de un cielo estrellado que se refleja en el agua negra.
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